En Santiago, un total de 75 familias han tomado la decisión de proteger a sus hijos jóvenes, limitando el acceso a teléfonos inteligentes hasta que alcancen el segundo de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Esta iniciativa, liderada por la Asociación de Padres y Madres de Alumnos (ANPA) de La Salle, ha despertado un gran interés, siendo actualmente analizada por nueve asociaciones más. Se espera que este número se multiplique en las próximas semanas, lo que podría marcar un precedente en la forma en que las familias abordan el uso de la tecnología por parte de los más jóvenes.

El plan impulsado por la ANPA de La Salle busca fomentar un uso responsable de los dispositivos móviles entre los jóvenes, reconociendo la importancia de establecer límites claros en una era digital cada vez más omnipresente. Al retrasar la edad de acceso a los teléfonos inteligentes hasta el segundo ciclo de la ESO, se pretende proteger a los menores de posibles riesgos asociados al uso excesivo de la tecnología, como el ciberacoso, la adicción a las redes sociales y la exposición a contenidos inapropiados.

La decisión de estas familias santiaguesas ha generado un debate en torno a la influencia de los dispositivos móviles en la vida cotidiana de los jóvenes. Si bien la tecnología puede ofrecer numerosos beneficios en términos de comunicación y acceso a la información, también plantea desafíos en lo que respecta a la privacidad, la seguridad y el bienestar emocional de los más pequeños. Por tanto, la implementación de estrategias como la propuesta por la ANPA de La Salle pone de manifiesto la necesidad de reflexionar sobre el uso adecuado de los dispositivos móviles en la etapa de desarrollo de los jóvenes.

Ante la expectativa de que más asociaciones se sumen a esta iniciativa, se abre la posibilidad de que un mayor número de familias adopten medidas similares en relación al uso de los teléfonos inteligentes por parte de sus hijos. La colaboración entre las diferentes entidades educativas y las familias resulta fundamental para promover una cultura digital responsable y garantizar un entorno seguro y saludable para los jóvenes en la era de la tecnología.