Millones de españoles se encuentran inmersos en una realidad que los expertos en psicología denominan “infierno del adicto al móvil”. Según las encuestas realizadas, un considerable número de personas en España admiten estar enganchadas a sus dispositivos móviles, llegando incluso a pasar hasta 10 horas diarias frente a la pantalla. Este fenómeno, lejos de ser aislado, se ha convertido en una preocupación creciente en la sociedad actual, donde la tecnología y la conectividad permanente son parte fundamental de la vida cotidiana.
Los expertos en la materia advierten que no todo aquel que hace un uso intensivo de su móvil necesariamente presenta un problema de adicción. Sin embargo, resulta crucial estar atentos a las señales que puedan indicar un desequilibrio en la relación con los dispositivos electrónicos. Ramón Nogueras, psicólogo especializado en adicciones tecnológicas, señala que es fundamental establecer límites claros y fomentar un uso responsable de la tecnología, especialmente en el caso de los más jóvenes.
Uno de los aspectos más preocupantes de esta situación es el impacto que puede tener en la infancia. Nogueras destaca que si un niño recibe un móvil como recurso para mantenerlo entretenido o tranquilizarlo, corre el riesgo de desarrollar una dependencia poco saludable. Es fundamental educar a los más pequeños en el uso equilibrado de la tecnología, promoviendo actividades físicas, creativas y sociales que fomenten un desarrollo integral.
La adicción al móvil no solo afecta la vida personal de los individuos, sino también su salud mental y emocional. Las consecuencias de un uso desmedido de los dispositivos pueden manifestarse en forma de ansiedad, dificultades para concentrarse, alteraciones en el sueño y problemas de relación interpersonal. Ante este panorama, resulta fundamental buscar ayuda profesional si se sospecha de la presencia de un problema de adicción tecnológica, ya que un abordaje temprano puede prevenir complicaciones a largo plazo.