El CEO de Netflix ha expresado recientemente su opinión sobre el potencial de la inteligencia artificial en la industria cinematográfica, asegurando que esta tecnología puede mejorar las películas en un 10%, no solo reducir los costos en un 50%. Estas declaraciones han generado un debate sobre el impacto que la IA puede tener en la creación y producción de contenido audiovisual. En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, la integración de la inteligencia artificial en el proceso creativo parece ser inevitable.

A nivel de usuario, la inteligencia artificial ha sido asociada con aplicaciones más lúdicas y superficiales, como la creación de selfies “ghiblizados” inspirados en el estilo del reconocido director de animación Hayao Miyazaki. Sin embargo, la afirmación del CEO de Netflix plantea un escenario en el cual la IA podría ir mucho más allá de la mera recreación visual para impactar directamente en la calidad artística de las producciones cinematográficas.

Además de los ejemplos mencionados, como los selfies y los vídeos que fusionan personajes como Tyrion Lannister y Shrek en situaciones inusuales, la inteligencia artificial también podría tener un papel relevante en la mejora de aspectos técnicos y creativos de las películas. Desde la optimización de efectos especiales hasta la generación de guiones innovadores, la IA podría ser una herramienta poderosa para potenciar la creatividad de los cineastas y elevar el nivel de las producciones.

Sin embargo, el uso de la inteligencia artificial en el ámbito cinematográfico plantea interrogantes éticas y artísticas. ¿Hasta qué punto puede la IA sustituir la creatividad humana en la industria del entretenimiento? ¿Qué implicaciones tiene el uso de esta tecnología en la originalidad y diversidad de las narrativas cinematográficas? Estas son preguntas que seguramente seguirán siendo objeto de debate a medida que la inteligencia artificial se integra cada vez más en la producción de contenido audiovisual.