En un movimiento que ha sorprendido a muchos, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado una pausa de 90 días en la imposición de las tarifas “recíprocas” que había planeado implementar contra China. Esta decisión, que se dio a conocer el pasado 2 de abril en lo que se ha denominado como el “liberation day”, marca un cambio en la política proteccionista global de Trump, sugiriendo un posible giro en su estrategia en la guerra comercial que ha mantenido con el gigante asiático.
La medida de suspender temporalmente las tarifas impuestas a productos chinos parece indicar un intento por parte de Trump de buscar una solución negociada a las tensiones comerciales entre ambas potencias. Esta pausa de 90 días ofrece un respiro en medio de la creciente incertidumbre que ha rodeado las disputas comerciales entre Estados Unidos y China, que han afectado a sectores clave de la economía mundial.
La reorientación de la política proteccionista de Trump, al menos temporalmente, hacia un enfoque más dialogante, ha sido recibida con cautela por parte de analistas y expertos en comercio internacional. Si bien la pausa en las tarifas es un paso positivo en la dirección de reducir las tensiones comerciales, queda por ver si esta medida conducirá a un acuerdo duradero entre ambas naciones o si solo se trata de una estrategia temporal.
A pesar de esta tregua de 90 días en la imposición de tarifas, la incertidumbre persiste en torno a la relación comercial entre Estados Unidos y China, dos de las mayores economías del mundo. La reorientación de la política proteccionista de Trump y su decisión de dar un paso atrás en la guerra comercial podrían tener repercusiones significativas en los mercados globales y en la economía mundial en su conjunto, lo que hace que la evolución de esta situación sea seguida de cerca por inversores y analistas en todo el mundo.