Centenares de policías se desplegaron en el centro de Rabat con el objetivo de evitar manifestaciones protagonizadas por la generación Zeta, deteniendo a decenas de jóvenes que habían salido a las calles para protestar por diversas demandas sociales. Entre las principales exigencias de los manifestantes se encontraban mejoras en el sistema de sanidad y educación, más oportunidades laborales para los jóvenes y la erradicación de la corrupción que afecta al país.

La movilización, que tuvo lugar el pasado sábado por la tarde, fue rápidamente contenida por las fuerzas de seguridad marroquíes, que impidieron a los jóvenes expresar sus reclamos de manera pacífica. El centro de Rabat se convirtió en un escenario de tensiones y detenciones, reflejando la creciente frustración de la juventud marroquí ante la falta de respuestas por parte de las autoridades a sus demandas legítimas.

Los manifestantes, en su mayoría pertenecientes a la generación Zeta, buscaban visibilizar la precaria situación en la que se encuentran muchos jóvenes marroquíes, que ven limitadas sus oportunidades de acceso a una educación de calidad y a un empleo digno. La corrupción imperante en diferentes ámbitos de la sociedad también fue objeto de críticas por parte de los manifestantes, que denuncian la falta de transparencia y la impunidad con la que se manejan ciertos sectores.

Las detenciones masivas y el despliegue policial en Rabat evidencian la tensa relación entre las autoridades y una juventud cada vez más movilizada y exigente en cuanto a sus derechos y condiciones de vida. A pesar de las medidas represivas, los jóvenes marroquíes continúan alzando su voz en busca de un futuro más justo y próspero, desafiando las restricciones impuestas y exigiendo cambios significativos en el sistema político y social de Marruecos.